El Olentzero se ha portado bastante bien este año con mis sobrinas, y entre todo lo que ha traído, estaba este amigurumi de
Bigunki. A Paula le ha encantado esta ranita, durmió con ella y la sacó de paseo. No la soltó en todo el camino, aunque la mano se le quedaba helada...
Ni siquiera para comer patatas se separó de ella. Qué pena que no le hice una foto mientras abrazaba a la rana por el cuello e intentaba estirar la lengua para llegar a la patata... menos mal que al final descubrió otra postura más cómoda...
¡Feliz Navidad!